miércoles, 22 de agosto de 2007

Constructores de Paz




Hace unos días navegando en Internet observe algo que llamo poderosamente mi atención. Algo que dejó muchos pensamientos en mi cabeza y sentimientos encontrados en mi corazón. Hoy aprovecho para compartirlos contigo e invitarte a reflexionar en este tema que nos afecta a todos los guatemaltecos.

Sabias que en Guatemala según el informe de la oficina de las Naciones Unidas el narcotráfico, las pandillas juveniles y el crimen organizado han provocado que siete de los 22 departamentos de Guatemala estén en la lista de los más violentos. El documento de la ONU señala que los departamentos con más hechos de violencia son Guatemala, Escuintla, Petén, Quetzaltenango, Jutiapa, Izabal y Chiquimula. Agregó que Guatemala encabeza – junto con El Salvador y Honduras – las estadísticas de muertes por cada cien mil habitantes

Según las Naciones Unidas, en Guatemala hay 44 muertes por cada cien mil habitantes. Todo esto se debe en buena parte a las 800 mil armas que se calcula que hay en Guatemala, de las cuales solo están registradas un 30 por ciento.

Con esta ola de violencia la cual enfrentamos todos los guatemaltecos a diario, es bueno recordar lo que cita la carta a los Romanos, capitulo 10 versículos 15 en adelante: “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la Paz, de los que anuncian las buenas nuevas”!

La paz, palabra derivada del latín pax, es generalmente definida como un estado de tranquilidad o quietud, como una ausencia de disturbios, agitación o conflictos. Más específicamente, puede referirse a la ausencia de violencia o guerra. En el plano individual, la paz igualmente designa un estado interior, lejos de la cólera, del odio y más generalmente de sentimientos negativos. Es, por lo tanto, deseada para sí mismo e igualmente para los demás, hasta el punto de convertirse en un saludo: La paz esté contigo.

Cambiar las estadísticas anteriormente mencionadas es tarea de todos nosotros. Es tiempo que nosotros los católicos clamemos por nuestro país. Es hora de doblar las rodillas, levantar nuestra mirada al cielo y pedirle a nuestro Padre Dios la tranquilidad en nuestros hogares. Es el momento en que cada uno de nosotros despierte ese corazón intercesor que Dios nos dejó para declarar una Guatemala Libre de guerras, de pandillas, de asaltos, homicidios y violaciones.

Es tiempo que actuemos y que trabajemos juntos por este hermoso país donde el Señor decidió que estuviéramos. Nuestra oportunidad de esforzarnos como hermanos y unir las manos hombres y mujeres, laicos y autoridades eclesiales, oficinistas y obreros, profesionales y amas de casa, deportistas y universitarios no será mañana, es hoy. Hoy nuestra Guatemala, necesita de nuestra oración y nuestro clamor. Hoy Guatemala necesita Constructores de paz, los cuales respeten y amen al prójimo, que le tiendan la mano al caído, instruyan al confundido, amen al solitario y respondan al llamado del afligido.

Atrévete a construir día a día un lugar más agradable para vivir, un sitio donde podamos confesar con nuestra boca que somos felices, por que reconocemos que somos Hijos de Dios, que somos Constructores de la Paz.
“Felices los constructores de paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9).

¿Y quien es tu mejor amigo?




¿Qué amigo sería capaz de dar su vida por ti? Aunque parezca difícil de creer hoy en día muy pocas personas cuentan con un amigo de verdad. Uno sincero, uno leal. Uno que este dispuesto a escucharte sin juzgar. Uno que a pesar de tus engaños y desplantes siempre quiera a tu lado estar.

Aquel que conociéndote tal como eres, te aprecia y te valora. Aquel amigo que te quiere por lo que eres y no por lo que tienes. Aquel que nunca te abandona, que nunca te deja, aquel que jamás te traiciona.

Ese amigo que pocos se atreven a conocer es Jesús. Aquel que dijo con plena seguridad “Ya no te llamo siervo, te llamo amigo” (Jn. 15:15). Aquel que fue capaz de sacrificarse por ti para que fueras libre, para que recibieras el perdón de Dios.

Ese amigo fue el que yo conocí, el que me ha acompañado durante todos estos años de mi vida, el que en medio de bajadas y subidas siempre ha estado conmigo. Aquel que a todas luces se ha ganado el titulo de AMIGO.

Este amigo es el que durante la cuaresma recordamos, al que durante la semana mayor acompañamos. Ese amigo esta esperando por ti, en cada eucaristía, en medio del sacramento de la reconciliación, en cada esquina o en cada procesión. Él es más que una época del año o unos días para reflexionar. Él es un estilo de vida y estar a su lado representa un compromiso... una decisión.

Hace años le escribí estos versos a él, a Jesús. Hoy quiero compartirlos contigo para que conozcas un poco mas a ese amigo y en estos versos mi historia quiero plasmar, esperando que tu vida pueda edificar:

Cuando te necesite, tú estuviste allí. En todo momento nunca me abandonaste. Y aunque yo me olvide de ti, tú por mi la vida ofrendaste. Tú siempre por mi vida velaste, a cada instante de mi existir, cuando andaba muy lejos del camino que tu me enseñaste, con tu amor infinito me dejaste vivir.

En esos días de frustración, cuando todo me salía mal. Eras el único que me prestaba atención y me consolaba con tu amor sin igual. Con toda tu sabiduría siempre me guiaste; rescatándome del pecado y la maldad. Te agradezco por tú me salvaste del que antes era mi mundo. Un mundo lleno de odio y soledad.

Hoy... al verte en esa cruz, viendo la sangre por tu rostro correr. Mi mente es incapaz de comprender. Tu Amor, Tu Misericordia: Mi Mejor Amigo Jesús.

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta; entraré y cenaré con él y él conmigo” (Ap. 3;20)
Dejame un comentario y comparte conmigo quien es tu mejor amigo... tu opinión podría edificar la vida de algun otro chav@.